INTRODUCCION
En una comarca donde se conjuga tan íntimamente agua y secano, río y estepa, el resultado no puede dejar de ser un territorio con una biodiversidad tan elevada que no es posible sino aproximarse someramente a ella en un capítulo de las características del presente: se tratarán únicamente, por tanto, los elementos bióticos más comunes o sobresalientes, siendo por ello muchas las omisiones.
La fauna de cualquier enclave va a estar íntimamente relacionada con la composición y estructura de la vegetación y ésta última, aparte de la influencia humana que todo lo trastoca, depende de factores principalmente abióticos como el clima (árido y extremo en nuestra comarca), composición del suelo (diferentes plantas sobre diferentes sustratos: yeso, cascajo, gravas, limos, salobrales ..), relieve (orientación norte/sur, diferencias de altitud) o avatares paleobiogeográficos (los acontecimientos que en el pasado trajeron o quitaron especies de la región). En otros capítulos de este libro se tratan ya con profundidad la extremosidad y rigor del clima, así como las específicas condiciones edáficas de la zona, por lo que únicamente habría que remarcar aquí que la dureza de ambas condiciona fuertemente la composición de la fauna y la flora, seleccionando severamente las especies que pueden soportarlas. El resultado es la existencia de unas comunidades animales y vegetales aparentemente muy uniformes, con bosques potenciales pobres en especies arbóreas y muy abiertos, permitiendo el desarrollo de un sustrato arbustivo ralo con abundante suelo desnudo. La monotonía de este paisaje árido se rompe por la presencia del Ebro que, con aguas caídas en regiones lejanas y sus sedimentos, trastoca las condiciones climáticas y edáficas de la comarca permitiendo el desarrollo de ecosistemas ligados estrechamente al medio húmedo.
Con el fin de facilitar la descripción de las diferentes comunidades de plantas y animales, se han separado éstas en distintos grupos ordenados según sus afinidades ecológicas.
1 .- COMUNIDADES ACUÁTICAS Y DE RIBERA
La presencia del Ebro y sus afluentes supone una ruptura en la uniformidad climácica del área ya que el río aporta una serie de elementos diferenciadores de primer orden: agua abundante frente a la aridez, limos ubérrimos frente a yesos y sales, una selva en la que no penetra el viento frente a suelos esqueléticos apenas cubiertos por matorrales ralos. Este entorno supone una vía de penetración de especies centroeuropeas en el área, frente al predominio de los taxones norteafricanos y circunmediterráneos en general de las comunidades esteparias.
Las biocenosis que se encuentran junto al río van a diferenciarse atendiendo al tipo de sustrato (gravas o limos) y al grado de exposición a las inundaciones. Si bien las posibilidades de subdivisión son mayores, se ha optado por separar cuatro grupos que dependen directamente de la dinámica del río y uno más, los cultivos de regadío, que es un medio artificial.
1.a .- Comunidades subacuáticas
La vegetación subacuática aparece en galachos, brazos de río o remansos, estando condicionada por la proximidad a la corriente o exposición a las avenidas que pueden arrancarla o sepultarla. Estas comunidades, cuando el aterramiento reduce la película de agua a sólo unos centímetros, son sustituidas por espadañales y carrizales.
No es muy variado el número de plantas que colonizan las aguas remansadas del Ebro. Destacan Myriophyllum spicatum y varias Potamogeton. En algunos galachos y afluentes como el Aguasvivas, de aguas más calientes, flotan algas (Charas sp.) y lentejas de agua (Lemna sp.).
Como toda zona húmeda, el Ebro es un ecosistema muy rico y variado pudiéndose encontrar moluscos como las caracolas Radix, Physa o Theodoxus fluviatilis o las náyades (almejas de agua dulce) Anodonta cygnea, Potomida littoralis y Unio elongatulus. Mención especial hay que hacer a la náyade Margaritifera auricularia, presente en los meandros de Sástago y que se encuentra en peligro de extinción. Entre los artrópodos encontramos ácaros acuáticos (Hydrachna, Piona); son abundantísimos los pequeños crustáceos como Daphnia, Cyclops, Cypris, Gammarus, … y el recientemente introducido cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii). Las altas densidades alcanzadas en el Ebro por este cangrejo ha supuesto un cambio positivo en los hábitos alimenticios de especies como la cigüeña (Ciconia ciconia) y las garzas, si bien no conocemos a medio-largo plazo cuales serán las consecuencias de la presencia de esta especie invasora. Respecto a los insectos, Ephoron virgo, la “pajareta blanca”, protagoniza verdaderas invasiones nocturnas de los pueblos ribereños en sus masivas (aunque cada vez menos) emergencias de agosto, en las aguas estancadas flotan los zapateros (Gerris sp.) o nadan notonectas (Notonecta, Anisops) y varias especies de escarabajos (Hydrous piceus, Dytiscus, Acilius, Helophorus ..).
Los peces están representados por al menos 13 especies: en las corrientes nada el barbo común (Barbus graellsi), especie endémica de la Cuenca del Ebro. Las aguas tranquilas son el hábitat de la carpa (Cyprinus carpio), el carpín (Carassius auratus), y la más escasa tenca (Tinca tinca). Acequias, manantiales y canales de desagüe son ocupados por las especies menores como la gambusia (Gambusia affinis), las colmillejas (Cobitis paludicola, C. calderoni), la madrilla (Chondrostoma toxostoma) y el gobio (Gobio gobio). Sobre todos ellos predan el lucio (Esox lucius) y la perca americana (Micropterus salmoides). Es necesario, por último, hacer mención a los recientemente introducidos siluro (Silurus glanis) y alburno (Alburnus alburnus). Realmente, la fauna ictícola del Ebro está altamente desvirtuada con introducciones de especies foráneas ya que sólo 6 de los taxones citados son originales de este río.
La fauna de anfibios de la comarca cuenta con tres anuros, la rana común (Rana perezi) y los sapos común (Bufo bufo) y corredor (B. calamita). El elenco de la herpetofauna acuática queda completo con la inclusión de cuatro reptiles: dos ofidios, la culebra viperina (Natrix maura), muy abundante, y la culebra de collar (Natrix natrix), mucho más escasa, y dos quelonios, el galápago leproso (Mauremys caspica) y el galápago europeo (Emys orbicularis), ambos cada vez más raros.
La lista de aves que podrían ser observadas explotando las aguas quietas alcanza fácilmente la cantidad de varias decenas. En el caso de las ánades, por ejemplo, pueden encontrarse en época de paso cualquiera de las especies de la fauna española: se hace mención solamente al ánade real (Anas platyrhynchos) por ser nidificante habitual, y a la cerceta común (Anas crecca), la especie invernante más numerosa. Los peces son explotados por cinco especies de garzas destacando la garza real (Ardea cinerea), invernante muy abundante. El cormorán grande (Phalacrocorax carbo) explota el mismo recurso en invierno.
1.b .- Comunidades de graveras
Los glerales y graveras situados a pie de río son sin duda los medios más inhóspitos de los ecosistemas de ribera. Insolación extrema, inundaciones frecuentes y sustrato pedregoso y sin suelo permite sólo la presencia de una asociación vegetal muy pobre en especies, la Andryaletum ragusinae, con Andryala ragusina, Inula viscosa, Chenopodium botrys ….. Los componentes de esta comunidad son especies anuales ya que la inestabilidad del sustrato es manifiesta: las avenidas aterran estos enclaves con nuevos cantos o los cambian de lugar, desapareciendo la asociación que debe recomenzar en otro sitio. Cuando las gravas están en contacto permanente con el agua, la grama Paspalum distichum forma una orla verde muy característica.
No existe una fauna específica de las graveras. Sólo destacar que son utilizadas para nidificar por el chorlitejo chico (Charadrius dubius).
1.c .- Comunidades de limos
Los suelos limosos cubiertos por aguas someras de galachos y cursos pequeños de agua están cubiertos por carrizos (Phragmites communis) y/o espadañas (Typha angustifolia y T. latifolia). Es una comunidad muy cerrada y pobre en especies que acaba colmatándose derivando hacia el tamarizal o sauceda y al soto.
Si bien la flora de los carrizales y espadañales es pobre no ocurre lo mismo con su fauna asociada, ya que poseen un indudable valor tanto como lugar de cría como de refugio en invernada. Entre los invertebrados citaremos sólo el noctuido Simyra albovenosa, cuya larva se alimenta de espadañas y el díptero clorópido Lipara similis, que produce agallas en los carrizos comprometiendo su floración y cuya cita en la Ribera Baja del Ebro es la primera para toda la Cuenca mediterránea.
Las aves son sin duda el grupo animal mejor representado en estos enclaves. Destacar primero la cría de los carriceros común y tordal (Acrocephalus scirpaceus y A. arundinaceus); pollas de agua (Gallinula chloropus) y rascones (Rallus aquaticus) nidifican en los carrizales aunque suelen alimentarse también fuera de ellos. En invierno, el carrizo es utilizado como dormidero por grandes bandos de escribano palustre (Emberiza schoeniclus), trigueros (Miliaria calandra), estorninos (Sturnus unicolor y S. vulgaris), bisbitas (Anthus spinoletta, A. pratensis) y lavanderas (Motacilla alba), entre otras especies.
Respecto a los mamíferos, el animal más característico de este biotopo es la rata de agua (Arvicola sapidus).
1.d .- Sotos y mejanas
El soto o bosque ripario propiamente dicho es en estado natural un bosque espeso y selvático de árboles caducifolios, que en nuestra comarca constituye la asociación Rubieto-Populetum. Ocupa lugares de cierta elevación sobre el nivel del cauce y, por lo tanto, libre de inundaciones no excepcionales aunque las raíces del arbolado deben estar en contacto con la capa freática, aún en el estiaje. Esta comunidad está “defendida” de las crecidas por una orla compuesta por saucedas (en suelos limosos) y tamarizales (en suelos pedregosos) que la protegen de la violencia de las aguas.
La fauna invertebrada es tan rica como la vegetación que la sustenta. Encontraremos todos los imagos de las especies de vida larvaria acuática; lepidópteros diurnos (Pieris brassicae, Pontia daplidice, Vanessa atalanta, ..) y nocturnos (Gypsonoma aceriana y Paranthrene tabaniformis sobre chopos, coleópteros fitófagos y xilófagos como Galerucella sp. sobre sauces y olmos, Scolytus scolytus sobre olmos, Melasoma populi sobre chopos.
Entre los vertebrados, sobresalen principalmente mamíferos y aves. Así, aparecen el ratón de campo (Apodemus sylvaticus), la comadreja (Mustela nivalis) y el tejón (Meles meles). Otros carnívoros como la jineta (Genetta genetta), el gato montés (Felis silvestris) y la garduña (Martes foina) encuentran aquí buenos refugios.
El grupo más numeroso de aves que nidifican en los sotos son los pequeños paseriformes: el ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) y el bastardo (Cettia cetti), varias especies de currucas (Sylvia sp.), el mirlo común (Turdus merula), oropéndola (Oriolus oriolus), el pájaro moscón o pialero (Remiz pendulinus) con sus nidos característicos,…. Otras especies de aves como el pito real (Picus viridis), el autillo (Otus scops) o el cuco (Cuculus canorus) son representativos igualmente de los sotos del Ebro. Realmente, la lista de las aves nidificantes, invernantes y de paso de estos biotopos podría elevarse a bastante más de un centenar.
1.e .- Cultivos de huerta
Los cultivos de regadío y las plantas de borde de camino en la huerta constituyen un hábitat característico con una fauna y flora peculiar agrupadas en el orden Chenopodietalia.
Las especies vegetales características, además de las plantas cultivadas (maíz, alfalfa, trigo-cebada, frutales …), tienen carácter anual siendo comunes la verdolaga (Portulaca oleracea), la correhuela (Concolvulus arvensis), el zurrón de pastor (Capsella bursa-pastoris), ….. Aparte de estas especies ubiquistas, cada cultivo mantiene su cortejo de “malas hierbas” característico, así en la alfalfa encontraremos las lenguas de buey (Rumex sp.) o en el maíz la cola de caballo o panicera (Echinocloa crus-galli) y la cañota o jaraz (Sorghum halepense).
La fauna invertebrada más característica es, lógicamente, la relacionada con los cultivos. Sobre maíz encontraremos los lepidópteros Sesamia nonagrioides y Ostrinia nubilalis; sobre alfalfa la cuca (Colaspidema atrum), Apion sp., Sminthurus viridis, ..; en perales, Psylla piri; en manzano, Panonychus ulmi y Pandemis heparana; sobre melocotonero, Myzus persicae; sobre patata, el escarabajo de la patata (Leptinotarsa decemlineata)……
Entre los vertebrados, son muy abundantes las madrigueras de los topillos (Pitymys duodecimcostatus), y existen buenas poblaciones de ratones morunos (Mus spretus) y musarañas (Crocidura russula). En las lindes nidifican el buitrón (Cisticola juncidis) y el triguero (Miliaria calandra) y por todas partes se mueve la urraca (Pica pica). La huerta desde Pina de Ebro hasta Velilla de Ebro, y en las áreas de nuevos regadíos con agua elevada del Ebro, es amplia y muy deforestada, con cultivos extensivos de alfalce, maíz y trigo, siendo frecuentes en los alfalfares la codorniz (Coturnix coturnix) en verano y los grandes bandos de avefrías (Vanellus vanellus) en invierno. A partir de La Zaida/Cinco Olivas el encajamiento del río condiciona una huerta de pequeñas dimensiones, muy fragmentada y con arbolado más abundante lo que favorece el establecimiento de pequeñas aves como los jilgueros o cardelinas (Carduelis carduelis), verdecillos (Serinus serinus) o verderones (Carduelis chloris).
2 .- COMUNIDADES ESTEPARIAS
Se consideran en este apartado las tierras consideradas de “secano” y que constituyen el climax adaptado a las condiciones de clima, suelos y altitud de la comarca.
Pero no es posible tratar el tema de la estepa sin hacer antes mención a la actividad humana, ya que el paisaje que ésta nos ofrece hoy día no se comprende sin la intervención del hombre. Realmente la fisonomía de la zona está tan transformada que recrear su aspecto original queda sólo en el plano de la hipótesis. La más aceptada en la actualidad desestima la presencia de un bosque denso y continuo de sabinas y pinos en favor de una formación boscosa de carácter abierto. Este hecho permitiría la presencia como “sotobosque” de las comunidades estépicas que han acabado configurando el paisaje actual una vez destruido el arbolado.
Se han agrupado en tres unidades diferentes el actual paisaje de secano: zonas de matorral, zonas de praderas de gramíneas estépicas (espartales y lastonares) y cultivos, cada una de ellas con unas características particulares.
2.a .- Matorrales
Ocupan los suelos esqueléticos, pedregosos o con orientación sur de la comarca, ya que los más profundos y frescos están cubiertos por gramíneas. Podría hacerse una división en cuatro apartados dependiendo de las especies dominantes, que a su vez vienen dadas por la composición del sustrato:
– Romeral con lino blanco: ocupan sustratos calizos y aparece en las partes más altas de la zona, por encima de 350-400 metros. Son especies características el romero (Rosmarinus officinalis), lino blanco (Linum suffruticosum), jarillas (Helianthemum origanifolium, H. pilosum), ….
– Romeral con asnallo: aparece en suelos yesosos más o menos profundos. Son características el asnallo (Ononis tridentata), Hedysarum humile, tomillo (Thymus vulgaris), la albada (Gypsophila struthium), etc.
– Matorral de jarilla: es un matorral aclarado y ralo sobre suelos yesosos y esqueléticos que ocupa vertientes soleadas y secas en los cerros más erosionados. Son plantas características la jarilla (Helianthemum squamatum), Herniaria fruticosa, etc., así como una gran variedad de líquenes entre los que destaca por su abundancia Diploschistes steppicus.
– Ontinares y sisallares: es una comunidad nitrófila que aparece en enclaves con abundancia de materia orgánica, en antiguos cultivos o lugares muy frecuentados por el ganado, como alrededores de parideras y balsas. Las plantas características son el sisallo (Salsola vermiculata) y la ontina (Artemisia herba-alba.
La fauna invertebrada es muy variada y rica. En un proyecto de inventariado de fauna llevado a cabo en un área de 1.500 has. de matorral, espartales y cultivos en el monte de Pina de Ebro, han aparecido más de 4.000 especies por lo que se hace difícil elegir un elenco para incluir aquí. Destacar que, debido a la peculiaridad ya comentada de estos ambientes esteparios, el número de especies desconocidas que se han descubierto asciende a cerca de 150, destacando algunos nombres como Machilis blascoi (Apterigota), Forcipomyia blascoi, Geomyza zumetae, Trixoscelis sabinaevae, Platypalpus blascoi, Platypalpus javieri, Oldenbergiella blascoi, Psilocurus blascoi, Cerdistus blascozumetai, Machimus blascoi, Machimus javieri (Dípteros), Orthotylus blascoi (Heteróptero), Lithobius blascoi (Quilópodo), Aceria zumetae y Charletonia blascoi (Ácaros), Dasytes blascoi, Strophosoma blascoi (Coleópteros), Aphis blascoi (Homóptero), Blascothrips zumetai (Tisanóptero) …
Entre la fauna vertebrada resaltar primero la presencia de 8 reptiles. La lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus) ocupa los lugares más abiertos y desnudos de vegetación, mientras la colilarga (Psammodromus algirus) y cenicienta (P. hispanicus) gusta de biotopos más arbustivos y cerrados. El lagarto ocelado (Lacerta lepida) y el más raro eslizón ibérico (Chalcides bedriagai) completan la lista de saurios. En cuanto a los ofidios citar a la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), que puede llegar a alcanzar los dos metros de longitud, la culebra de escalera (Elaphe scalaris) y la culebra lisa (Coronella girondica), la de menor tamaño y que se alimenta de invertebrados y lagartijas.
El mamífero más representativo de las áreas de matorral sería el conejo (Oryctolagus cuniculus), con una abundancia que depende de la intensidad de ataque de las enfermedades que le aquejan. Comparte biotopo con la liebre (Lepus granatensis), si bien ésta debería quizá estar incluida en las grandes llanadas cultivadas.
Una de las aves mejor adaptadas al matorral estepario es la alondra de Dupont (Chersophilus duponti), especie escasa y de la que se tiene constancia de su presencia en el monte de Gelsa, Sástago y Pina de Ebro. La terrera marismeña (Calandrella rufescens) y las currucas rabilarga (Sylvia undata) y tomillera (Sylvia conspicillata) nidifican también entre los arbustos.
2.b .- Espartales y lastonares
Los suelos profundos de las vales y las laderas orientadas al norte, que guardan mejor la humedad al recibir menor insolación, están cubiertas por comunidades de gramíneas. La protección y cobertura que dan al suelo crean unas condiciones ecológicas características que justifican el que se hayan tratado aparte. Especies características son el albardín o esparto (Lygeum spartum), varias estipas (Stipa sp.), Agropyron cristatum y una gran cantidad de pequeñas plantas anuales que crecen en los claros.
Existe un coleóptero endémico de las zonas áridas aragonesas, el Iberodorcadion molitor navasi, que vive en estos enclaves. Son también lugares ricos en ortópteros y la mayor humedad del suelo favorece la presencia de fauna terrestre como los milpiés (Ommatoiulus rutilans).
No existe un vertebrado característico de estas comunidades ya que los comparten con los demás medios esteparios. No obstante, es necesario resaltar el importante papel de “biotopo protector” en la reproducción de un numeroso grupo de especies que crían en el suelo y entre las que se podría destacar a la perdiz (Alectoris rufa).
2.c .- Cultivos de secano
Tradicionalmente, los cereales de invierno (trigo hoy, cebada y centeno también en el pasado) han sido y son prácticamente un monocultivo en la zona si bien está documentado el cultivo del azafrán y el olivo en la antigüedad.
La flora asociada a los cultivos pertenece al orden Secalinetalia y son plantas anuales adaptadas a los ciclos del cereal. Son comunes el ababol (Papaver rhoeas), gramíneas como la cebadilla de ratón (Hordeum murinum), lechetreznas (Euphorbia helioscopia, E. serrata), cardos (Cirsium arvense, Carduus bourgeanus, cardo mariano (Silybum marianum)). Los rastrojos y huebras son colonizados por la capitana (Salsola kali).
La flora invertebrada asociada a cultivos se circunscribe a las plagas de los mismos y a los predadores de éstas, además de las especies que aprovechan las “malas hierbas”. Específicos del cereal podríamos cital al pulgón ruso del trigo (Diuraphis noxia) y a los garrapatillos (Eurygaster austriaca, E. maura), así como a la nefasia (Cnephasia puminaca) y los mosquitos del cereal (Mayetolia destructor y M. hordei), estas últimas especies importantes plagas recurrentes en la zona. Está también presente la langosta (Anacrydium aegyptium) y una gran variedad (hasta 14 especies) de grillos y saltamontes.
Respecto a la fauna vertebrada, el grupo más específico de estos medios son las aves y, entre éstas, quizá la especie más emblemática sea la avutarda (Otis tarda) que con sus 60-70 ejemplares, en el área compartida con Los Monegros, es el único grupo viable en Aragón. Otras aves ligadas a estos medios son el sisón (Tetrax tetrax), la ganga y la ortega (Pterocles alchata, P. orientalis), el alcaraván (Burhinus oedicnemus), el bisbita campestre (Anthus campestris) y los pequeños aláudidos como la calandria (Melanocorypha calandra) y las cogujadas (Galerida cristata, G. theklae). La alondra (Alauda arvensis) se presenta como invernante. Otras especies que explotan los espacios abiertos son la chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax), la corneja (Corvus corone), la grajilla (Corvus monedula) y los cernícalos común y primilla (Falco tinnunculus, F. naumanni).
3 .- COMUNIDADES HALÓFILAS
Si bien las lagunas saladas y su biocenosis asociada podrían haber sido incluidas en las comunidades esteparias, con las que están íntimamente ligadas, hemos querido individualizar su tratamiento dado el indudable valor ecológico de estas formaciones y su enorme originalidad en Europa.
El sistema endorreico de nuestra comarca se extiende por la plataforma de Sástago y forma un conjunto de lagunas saladas muy variables en tamaño y perdurabilidad del agua. El aporte de líquido en estas depresiones corresponde principalmente a flujos ascendentes subterráneos y, en menor grado, a escorrentía superficial evacuándose únicamente por evaporación.
Son sistemas todavía activos de formación de evaporitas (yesos) que reproducen, a pequeña escala, los enormes sistemas de “sabkha” miocénicos que dieron lugar a los bancos de yesos de la Depresión del Ebro. Además del evidente interés geomorfológico de estos enclaves, en las saladas más salinas se desarrollan comunidades de organismos procariotas, denominadas tapetes microbianos, que son auténticos documentos vivientes que reproducen los paleoecosistemas donde se generó la vida.
La vegetación subacuática se reduce a briófitos como Riella helicophyla, R. notarisii, Riccia crustata, Pterygoneurum subsessile y Pottia pallida. Dadas las condiciones de salinidad existentes en el suelo circundante a estos enclaves, la vegetación fanerógama (perteneciente al Orden Limonietalia) se dispone en bandas concéntricas según la resistencia a la sal de cada especie: la primera orla, que vive prácticamente sobre la sal, está formada por plantas anuales como Microcnemum coralloides, Gypsophila perfoliata, Salicornia herbacea … Un poco más alejados están arbustos como Arthrocnemum glaucum, Suaeda vera y varias especies de Limonium. Finalmente, Atriplex halimus y Frankenia sp. denotan sal en menor cantidad. Después de éstas especies vendría ya la vegetación arbustiva o graminoide correspondiente al sustrato de que se trate. Suaeda vera y Atriplex halimus marcarán constantemente todos los suelos salinos de la comarca
La fauna invertebrada acuática es altamente interesante con la presencia del endemismo Candelacypris aragonica, cuyo único lugar conocido son estas lagunas. Otro ostrácodo presente en estas aguas es Heterocypris barbara. El elenco de microfauna acuática se completa con Branchinectella media, Artemia patenogenetica (Anostráceos), Cletocamptus retrogresus y Arctodiaptomus salinus (Copépodos). Respecto a los grupos que viven en la orla de vegetación exterior, han sido estudiados sólo los quilópodos y coleópteros carábidos. El primer grupo no da una fauna característica de estos ambientes, mientras el segundo detecta especies similares a las que se encuentran en la costa.
No hay una fauna vertebrada propia de estos enclaves. Las especies presentes en la orla de vegetación exterior vienen a ser las mismas que las del resto de la estepa, mientras que las ligadas al agua son limícolas y anátidas en paso o invernantes que se detienen si las cubetas mantienen líquido.
4 .- BOSQUES DE SABINAS Y PINOS
La vegetación arbórea potencial para esta zona es el sabinar de sabina albar (Juniperus thurifera) en las partes bajas y el pinar de pino carrasco (Pinus halepensis) en las más altas y en la zona oriental de la comarca. La primera formación boscosa, propia de las áreas más frías, está extinguida quedando sólo escasos ejemplares aislados y el bosquete de la Retuerta de Pina, mientras todavía quedan retazos de pinar en algunas zonas del monte de Sástago y Escatrón y en la Sierra de Alcubierre, en el término de Pina de Ebro.
La fauna invertebrada que coloniza estos pinares es muy próxima a la del resto de la región mediterránea. Podemos encontrar opiliones (Phalangium opilio, Leiobunum), cigarras (Cidada orni, Cicadetta montana) o la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa).
La fauna de reptiles es la misma que la de la estepa. Igualmente ocurre con los mamíferos, si bien aquí encuentran mejor refugio el lirón careto (Eliomys quercinus), además del jabalí (Sus scrofa) y algunos ejemplares de ciervo (Cervus elaphus), que faltan en las áreas desarboladas.
La avifauna forestal sí que es característica destacando aves de presa como el azor (Accipiter gentilis) o el gavilán (Accipiter nisus); otras especies de rapaces utilizan el arbolado como lugar de cría: milanos negro y real (Milvus migrans y M. milvus), águila culebrera (Circaetus gallicus), águila calzada (Hieraetus pennatus), ratonero (Buteo buteo), alcotán (Falco subbuteo) o búho chico (Asio otus). La lista de especies se completa con la paloma torcaz (Columba palumbus) y pequeños paseriformes como el herrerillo capuchino (Parus cristatus), reyezuelo listado (Regulus ignicapillus), alcaudón común (Lanius senator), el serín o verdecillo (Serinus serinus) y los escribanos soteño y montesino (Emberiza cirlus, Emberiza cia)
5 .- BALSAS Y ALJIBES
Tratamos en este capítulo los puntos de agua dulce que aparecen en la estepa. En todos los casos se trata de colectores artificiales de agua de lluvia por escorrentía para satisfacer las necesidades, en la actualidad, del ganado.
Los enclaves son el único punto de agua potable disponible y por lo tanto acumulan toda la fauna circundante con necesidades hídricas que no pueden ser satisfechas por aprovechamiento de rocíos o dieta alimenticia, principalmente especies granívoras. Así son visitadas por tórtolas (Streptopelia turtur), diversas especies de escribanos (Emberiza sp.), bandadas de fringílidos (Carduelis cannabina, C. carduelis), zorzales (Turdus sp.), etc. Son también el lugar de cría de un anfibio “estepario”, el sapo de espuelas (Pelobates cultripes). Mantienen, dependiendo de si se secan o no en el estiaje, una abundante fauna de invertebrados acuáticos.
Los aljibes, lógicamente, no mantienen vegetación ya que no hay suelo. En cuanto a las balsas, ésta dependerá de la profundidad de las mismas, el tiempo de permanencia del agua y el grado de pisoteo del ganado: pueden encontrarse o bien sin vegetación o con espadañas, carrizos, ranúnculos acuáticos (Ranunculus sp.), pita de agua (Stratiodes aloides), etc.
6 .- CORTADOS Y BARRANCOS
La importancia de los cortados sobre el Ebro y los barrancos interiores radica en su uso como lugar de nidificación y descanso de diversas aves. En la zona de estudio no mantienen flora especializada. Así pues, las paredes verticales son utilizadas para críar por el alimoche (Neophron percnopterus), el águila real (Aquila chrysaetos), halcón común (Falco peregrinus), el búho real (Bubo bubo), abejaruco (Merops apiaster), cuervo (Corvus corax), avión roquero (Ptyonoprogne rupestris) y collalba negra (Oenanthe leucura).
7 .- FAUNA DE LUGARES HABITADOS
Las viviendas humanas, habitadas o no, presentan unas características que las hacen apetecibles para algunas especies que se acercan a ellas buscando un soporte para reproducirse o los alimentos que almacenamos/desechamos (o para predar sobre las especies anteriores). Existe así una fauna peculiar que sólo aparece en la zona (o se ve favorecida) debido a la presencia de edificios.
Se podría comenzar con invertebrados predadores como la araña de jardín (Araneus diadematus), la araña de las esquinas (Pholcus phalangioides) o el ciempiés (Scutigera coleoptrata). Entre los papeles corren los pececillos de plata (Lepisma, Ctenolepisma) y las tijeretas (Forficula auricularia). En basuras y materia orgánica en descomposición está la cucaracha negra u oriental (Blatta orientalis), mosca común (Musca domestica), moscardas (Calliphora vomitoria) y moscas de estercolero (Scathophaga stercoraria).
Entre los reptiles destacar la lagartija común (Podarcis hispanica) y las salamanquesas (Tarentola mauritanica y Hemidactylus turcicus) que cazan a la luz de las farolas en las noches de verano. Entre los mamíferos citar al ratón casero (Mus musculus), las ratas (Rattus rattus y R. norvegicus) y murciélagos como el común (Pipistrelus pipistrelus) y el orejudo (Plecotus auritus). Finalmente, y referidos a las aves, señalar la cigüeña (Ciconia ciconia), el gorrión común (Passer domesticus), el estornino negro (Sturnus unicolor), el vencejo común (Apus apus), el avión común (Delichon urbica), la golondrina (Hirundo rustica) y la lechuza (Tyto alba).
Mención especial merecen los mases y parideras diseminados por el monte. Un estudio de la fauna que utiliza estos lugares ha inventariado hasta 15 tipos diferentes de aves. La mayor parte, como mochuelos (Athene noctua), grajillas (Corvus monedula) o palomas zuritas (Columba oenas), nidifican indistintamente en edificios u otras oquedades en cortados y árboles, pero hay dos especies, la chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)en el interior, y el cernícalo primilla (Falco naumanni) en los tejados, que dependen absolutamente de estos viejos edificios para permanecer en nuestra comarca.